Es una postura que sostiene que la realidad es una experiencia que construimos activamente en contacto con el ambiente. Es decir, cada uno puede tener su propia realidad, esta no es única ni objetiva, sino que en función de nuestras construcciones, esquemas culturales, de las influencias que recibimos, organizamos nuestro mundo y le damos un sentido. Sin dejar de lado nuestra propia organización biológica como ser humano.
Esta posición influye en una gran cantidad de modelos de psicoterapia, entre ellas la teoría de los constructos personales de Kelly, las perspectivas narrativas, teoría de los procesos de cambio de Mahoney...
Todas estas posiciones tienen la visión del ser humano como un ser proactivo, es decir, que construye activamente el significado que otorga a su experiencia, dando de esta manera un sentido a su identidad que le permite sentirse "yo" a pesar de las cambiantes situaciones.
Por último, desde esta perspectiva, los pensamientos, las emociones y las acciones son fenómenos psicológicos que ocurren en el proceso de dar significado a la experiencia.
Bibliografía:
Feixas Viaplana, G; Villegas Besora, M. (2000). Constructivismo y Psicoterapia. España: DESCLEÉ
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